martes, 16 de septiembre de 2008

Prison Break o como resucitar una serie que estaba muerta

El pasado 1 de septiembre regresaba a las pantallas americanas Prison Break, en la que posiblemente sea su última temporada. Lo hizo con un doble episodio que borraba de un plumazo la bochornosa tercera temporada de la serie (que por culpa, o mejor dicho gracias, a la huelga de guionistas de Hollywood, sólo tuvo trece episodios).

La cuarta temporada, al menos en lo que se ha visto hasta ahora (cuatro episodios con el que se emitió anoche), rompe completamente con la temporada anterior que, como ya he dicho, fue bastante mala. La serie, y esta es una de las virtudes que ha tenido Prison Break desde el principio, ha vuelto a reinventarse a sí misma, tal y como hace continuamente Madonna. Ahora ya no se trata de escapar de una cárcel de máxima seguridad, ni de huir de la policía en busca de la ansiada libertad para acabar en una cárcel peor, de la que volver a escapar. Ahora Prison Break se ha convertido en una de espías, con todos nuestros héroes (incluido un personaje supuestamente muerto durante la tercera temporada) trabajando juntos para acabar con la compañía.

A mí lo que he visto hasta ahora de la cuarta temporada me ha gustado. Por supuesto nunca alcanzará a la primera temporada, que, al menos para mí, fue fantástica, con algunos episodios, como las dos partes de Riots, Drills and the Devil (Un motín, Taladros y el Demonio) o Brother's Keeper (El guardián de mi hermano), memorables. La segunda temporada tampoco estuvo mal, sobre todo porque introdujo a uno de mis personajes favoritos, Alex Mahone, interpretado por William Fichtner, que, al menos para mí, es un gran actor. La tercera, como ya he dicho, fue un desastre del que es mejor olvidarse.

Pero como he dicho, la cuarta temporada, al menos por ahora, promete bastante. Además, mientras Wentworth Miller y Dominic Purcell sigan saliendo tan guapos, que más da el contenido de los episodios :)

No hay comentarios: